Comiendo en la época de los tres reinos

 

Gracias a 3kingdomspodcast.com por fin he descubierto cómo se comía en la época de los Tres Reinos y quiero compartir mis descubrimientos con vosotros. No todo iba a ser lucha, conspiraciones y poemas, hasta el más destacado erudito tiene que comer si quiere seguir escribiendo.

Lo primero de todo, y como ya decía en otro post, la comida escaseaba. La guerra y la enfermedad habían mermado la mano de obra agrícola y, para colmo, las inundaciones y plagas de langosta no daban respiro a los pobres campesinos. Tanto es así que se sabe que en al menos una ocasión los soldados de Yuan Shu tuvieron que sobrevivir a base de comer estos nutritivos insectos y que el canibalismo, aunque fuera el último recurso, se volvió más frecuente de lo que debía. Pero bueno, China sigue existiendo así que obviamente hubo supervivientes y estos comían una dieta lo más parecida posible a la de tiempos de paz.

Como en otras partes del mundo esta dieta estaba basada en los cereales y el plato principal consistía en cereales acompañados de otra cosa, ya fuese verduras, lo más común, o carne de vez en cuando. En aquella época transportar comida no era fácil, por lo que el tipo de cereales de una comida dependía de lo rico que fueras y de tu lugar de residencia. En las tierras del Sur, donde el agua era más abundante, el arroz era muy común; mientras que en el norte el mijo era más frecuente. Estas eran las comidas favoritas de la aristocracia, pero lo cierto es que el trigo era mucho más barato.

Estos cereales se solían cocinar al vapor, pero para épocas de frugalidad, por falta de comida o por ocasiones que lo requerían como el velatorio tras la muerte de un familiar, estos cereales se comían cocidos, resultando en una comida parecida a las típicas gachas anglosajonas, que podía hacerse también de alubias y cuyo nombre es congee. El congee todavía es un plato típico de Asia Oriental y si vais a un súpermercado chino en España podéis encontrarlo ya preparado en lata.

También se podían convertir los cereales en harina para producir pasta o bollitos. Uno de estos, el mantou, estaba originalmente relleno de carne y cuenta la leyenda que fue inventado por el mismo Zhuge Liang, durante sus famosas campañas al sur  del país. En una de esta campañas, al volver, Zhuge Liang se encontró un río poblado de fantasmas. Los nativos locales le dijeron que si quería cruzar el río Zhuge Liang tenía que sacrificar 49 hombres y ofrecer sus cabezas al río. En vez de eso, Zhuge Liang mató a parte del ganado que iba con el ejército y cocinó unos bollitos que rellenó con la carne. Los lamó mantou (蠻頭) que quería decir: cabeza de bárbaro. En teoría el nombre derivaría en el actual mantou (饅頭) que no lleva carne.

Hablando de carne, al igual que ocurría en la mayor parte del mundo hasta hace poco, y por razones de simple espacio y gasto de energía, no se comía demasiada carne para acompañar a los cereales. Podían comer diversos tipos de verdura tales como berenjenas, zanahorias, nabos, pepinos, aparte de setas por supuesto.  Reforzado todo ello por una serie de frutas desde dátiles, melocotones (con lo mucho que se habla de ellos en la novela no podía ser de otra forma), cerezas, albaricoques, manzanas silvestres de china y varios más. La gente con recursos suficientes podía importar de los confines del imperio caña de azúcar, aceitunas o plátanos.

Aparte de esto una excelente fuente de proteínas era el tofu o el pseudotofu, ya que se dice que fue inventado por un príncipe Han en el siglo II antes de Cristo, pero no está claro que lo que preparaban fuese como el tofu actual. En cualquier caso el método de preparación del tofu es preparar primero leche de soja y después fermentarla como si de queso se tratase.

Aunque hubiera poca carne y se comiese tofu, esto no quiere decir que fuese un mundo vegetariano y como suele ocurrir una parte de la población comía más carne que otra. Si era difícil importar otros tipos de comida, la carne ya era casi imposible, ya que los medios para conservarla eran limitados. Por lo que, con la excepción de carne seca, ahumada o salada (que podía guardarse  para el invierno), no se solía comer más que la carne que hubiese disponible en cada región. Así que aunque en toda China había cerdos, vacas, ovejas y, sí, perros; en el norte era más común la carne de oveja, mientras que en el sur era muy habitual el comer  pescado y cangrejo. Además se comía aquello que podía cazarse como conejos, venados y aves silvestres. Podían hacerse al fuego o asarse con la ayuda de recipientes especiales. Al parecer una de las delicatessen en tiempos de la dinastía Jin era corazón de vaca hecho al fuego.

El vino del que se habla en la novela tampoco es vino de por sí, sino cereales fermentados, el vino tal y lo conocemos hoy en día en Europa, tenía que ser importado desde Asia Central. Lo cierto es que se necesitaban muchos  cereales para producir el vino, por lo que en ocasiones la producción de alcohol era prohibida para alimentar a la población. Uno de esas prohibiciones la impuso el mismo Liu Bei.

Una bebida no alcohólica que se estaba volviendo popular por aquel entonces era el té. Hasta más o menos la época de los tres reinos se tomaba por cuestiones medicinales, pero esto estaba cambiando poco a poco aunque sin llegar a la euforia del té posterior.

Así que la próxima vez que leamos el libro ya sabemos más o menos qué aspecto tiene la comida que toman nuestros héroes 🙂

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