Puede que, ecplipsada por su fama como conquistador maquiavélico y mujeriego, una de las facetas menos conocidas de Cao Cao fue la suya como poeta. Cao Cao no solo fue mecenas de numerosos poetas, sino padre de grandes poetas como Cao Pi y Cao Zhi, además de escribir su propia poesía. Este es uno de sus poemas más conocidos, no solo por su belleza, sino por estar incluido en la novela Romance de los tres reinos justo antes de la batalla del acantilado rojo. Aquí os comparto un vídeo para que sepáis como suena en chino. Un poco más abajo está la traducción.
Ante nosotros está el vino, ¡cantemos!
A la corta vida de un hombre.
Efímeros, cual rocío matutino,
Los días se acumulan en el pasado.
Sé feliz y apasionado, dicen;
¿mas cómo olvidar las penas de mi corazón?
Si quieres olvidar la pena,
Solo queda la copa de Du Kang[1].
Azul, azul es la tunica del erudito,
Mas mi corazón te echa de menos.
Por vosotros, amigos,
Con sentimiento recito el viejo poema.
Mientras bala, mordisquea la artemisia el ciervo.
Conmigo distinguidos invitados.
Que resuenen cítaras y flautas;
Pues alta la luna brilla,
Y no sé cuándo la podré alcanzar.
De mi interior surge la pena,
Que nadie puede controlar.
Amigos, de lejos venís,
A honrarme esta noche.
Festejad, recordad los viejos tiempos.
Fuerte brilla la luna; palidecen las estrellas.
Hacia el sur vuela el cuervo con la urraca.
Tres veces rodean el árbol,
¿qué rama los acogerá?
No hay montaña lo bastante alta,
No hay mar lo bastante profundo.
El duque de Zhou la comida abandonaba[2]
Y así el mundo se ganaba.
[1] Legendario creador de la primera copa de vino.
[2] El historiador Sima Qian cita al duque de Zhou, diciendo que prefería escupir su comida y abandonarla a dejar escapar a un hombre de mérito.