Esta vez voy a hablar de libros de religión y filosofía. Asia Oriental ha sido influenciada por numerosas filosofías y religiones, tanto nacionales como extranjeras. No en vano en la era de los reinos combatientes, la época dorada del pensamiento chino, se decía que había un centenar de escuelas diferentes de pensamiento. Y no solo, en Asia Oriental han convivido, y conviven, numerosas religiones de todo tipo, desde el cristianismo al islam. Aun así ha habido tres grandes escuelas que han dejado más impronta que el resto: el taoísmo, el confucianismo y el budismo. Veamos unos cuantos libros para comprender la raíz de estas ideas. De dos de ellos ya he escrito en post anteriores, por lo que solo resumiré lo que ya había dicho.
Laozi, figura semilegendaria, vivió en una época convulsa, cuando la sociedad tradicional empezaba a decaer y el número de conflictos no hacía más que crecer. Su filosofía también es una respuesta a una época turbulenta y cargada de violencia. Según la tradición era un erudito que trabajaba en los archivos de la corte Zhou. Con acceso a las grandes obras de su tiempo, escribió un libro en dos partes, el Tao Te Ching o Dao De Jing según que forma de transcribir el chino usemos. El libro del camino y la virtud, 道德經. También según la tradición, se lo entregó a un soldado en la frontera antes de partir al Oeste.
La versión más antigua conocida de este libro data del siglo IV a.C. Al igual que Confucio, del que hablaremos a continuación, los taoístas creen que el hombre se ha separado del camino, el tao 道, que conduce todas las cosas. Si bien el pensamiento taoísta se basa en la inacción. Los esfuerzos de los hombres por conseguir gloria, riquezas y fama e incluso por crear leyes más justas y virtuosas, solo pueden llevar al desastre, apartarse del camino. Por eso el buen gobernante, no es conocido, no actúa.
El taoísmo se iría desarrollando en China a lo largo de los siglos, derivando en una religión con mitología propia en la que algunos de sus miembros más poderosos serían capaces de controlar los elementos y practicarían la alquimia en diversas formas.
Recomiendo esa edición por tener los nombres en pinyin y el orden correcto de los capítulos (hasta los años 70 del siglo pasado, se consideraba que el orden de los capítulos era diferente, entonces encontraron unos textos que lo desmentían). Además de incluir el texto en chino, lo que le da un toque.Creo que es no difícil de encontrar en una biblioteca.
Si queréis saber más sobre el taoísmo, lo cierto es que el texto más influyente se escribió varios siglos más tarde, en una época todavía más convulsa todavía, previa a la fundación de la dinastía Qin. Hablamos del Zhuangzi, lleno de alegorías y fábulas que llegarían a influenciar la cultura de Asia Oriental hasta casi nuestro tiempo y que es poco conocido en occidente. Una de sus alegorías, el momento en que el maestro sueña que es una mariposa, ha sido inspiración de numerosos pintores, entre ellos el japonés Ike no Taiga en el siglo XVIII.
¿Por qué no recomiendo entonces el Zhuangzi? Bien, creo que a la hora de leer textos complejos es mejor ir poco a poco, y que es más fácil comenzar por las 80 páginas del Libro del Tao (descontando prólogos) que por las cerca de 300 del Zhuangzi.
Confucio también viviría la misma época convulsa que Lao Zi. En este contexto cada vez más competitivo, el racionalismo empieza a desplazar las viejas prácticas y ritos y a aquellos especialistas que los realizaban (los ru), pasaron a dedicarse a otros menesteres como la enseñanza. Confucio es el último y el más grande de ellos, ya que después de él el término definiría a sus seguidores.
Sin embargo Confucio no escribió ningún libro. El Lunyu, más conocido en occidente como “Analectas”, es una recopilación de las conversaciones entre Confucio y sus alumnos recopilada entre su muerte (479 a.C.) y la de Zisi, su nieto (402 a.C.), si bien la versión actual del texto pertenece al siglo III de nuestra era.
El libro consta de veinte secciones, de los cuales las nueve primeras parecen corresponder a los textos más antiguos, mientras que las dieciséis y diecisiete no son de una fuente cercana a los estudiantes de Confucio y la 18 y partes de la 14 son posteriores, conteniendo incluso historias anticonfucianas en las que el Maestro se enfrenta a extraños eremitas frente a los que se queda sin habla (seguramente taoístas).
Confucio trata de explicar el caos de su tiempo y de darle una solución. De modo parecido a los taoístas llegaría a la conclusión de que el hombre ha abandonado la Vía (道) del Cielo (天), si bien no coincide con ellos en esta Vía. Dónde los taoístas proponen la inacción, Confucio propone un mundo basado en la gran época Zhou, donde se seguían los rituales y había justicia.
Para ello está el hombre noble (xunzi 君子), cultivado, generoso y bueno es la clave del cambio. Hombres educados en el amor a la humanidad (ren 仁) y la piedad filial (xiao 孝), que lo mismo pueden ser grandes ministros como hijos devotos y que siguen el ritual por encima de todo (li 禮).
Recomiendo esta edición porque es la que nos recomendaron en el máster de la UOC y no es difícil de encontrar en las bibliotecas. Si queréis saber más sobre la evolución del Confucianismo, recomiendo la obra de Xinzhong Yao, El confucianismo.
La tercera filosofía que más ha influenciado a Asia Oriental es el budismo, hasta tal punto que incluso una obra como el Romance de los tres reinos, que está situada antes de la época gloriosa del budismo en Asia Oriental; está llena de referencias budistas.
Buda vivió entre los siglos VI – V a.C., lo que implica la posibilidad de que viviera al mismo tiempo que Confucio y Lao Zi. El budismo es muy difícil de explicar en unos pocos párrafos, pero lo cierto es que su principal cometido es el siguiente: “acabar con el sufrimiento”. Algo que en sí no es nuevo, pero donde los filósofos chinos miran al Cielo y la sociedad, los budistas miran al ser humano individual. Así el budismo promueve un camino para que cada uno se libere del sufrimiento, basado en un razonamiento sobre las causas del mismo.
El budismo necesitaría siglos para llegar a Asia Oriental, y no sería hasta la dinastía Han que se tradujeron al chino los primeros textos budistas. Aun así, el budismo tuvo serios altibajos hasta el siglo IV d.C., cuando se extendió con fuerza por China y sus países aledaños.
Si bien el budismo acabó cogiendo características propias, como todo lo que llega a Asia Oriental o a cualquier parte,; la raíz sigue siendo la misma. Por ello, este libro nos ayudará a comprender una gran parte del mundo en el que vivimos. Al parecer es una edición difícil de conseguir en español, pero cuya lectura merece la pena.
Durante la dinastía Tang en China (618 – 907 d.C.), se crea el budismo Chán (禪), cuyo nombre deriva del término sánscrito para estado meditativo. Mientras otras escuelas budistas de la época ponían un énfasis especial en el estudio de los textos, el budismo Chán se centraría en la meditación. Desde China se extendió a Corea y Japón y tuvo una gran difusión en ambos países hasta nuestros días, siendo una de las escuelas budistas más conocidas en occidente.
Preguntas a un maestro Zen es un libro que se centra en el budismo Zen (pronunciación japonesa del ideograma 禪) tal y como se practica en Japón, y que explica aspectos prácticos más que teóricos. Recomiendo este libro, y no cualquiera de D. T. Suzuki como Budismo Zen, porque una vez leído el anterior no creo que sea necesaria ninguna introducción al budismo, por lo que este libro va directo al grano.
Si bien es cierto que para aquellos que busquen una perspectiva más histórica de la evolución de esta escuela el libro es exactamente lo contrario. En ese caso recomiendo el libro Budismo coreano: Tradición y transformación de Shim Jae-Ryong, que no solo explica la historia del budismo Chán en Corea, sino gran parte de su evolución en China.
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¿Quieres saber más? Lee el anterior artículo: 4 libros para conocer Asia Oriental II: Libros de historia sobre China
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