Capítulo 4

Cao Cao apela a los poderosos señores

Al deponer al soberano Han, el príncipe de Chenliu se convierte en emperador.

Conspirando contra el malvado Dong Zhuo, Cao Cao entrega una daga.

—No deberías matar sin pensar mientras todavía no hay nada decidido—le detuvo Li Ru.

Yuan Shao, todavía espada en la mano, se despidió de los presentes y salió. Dejó su sello oficial en la puerta oriental y partió a Jizhou.

—Tu sobrino carece de modales—indicó Dong Zhuo a Yuan Wei—, pero le perdono, pues no quiero verte sufrir. ¿Cuál es tu opinión sobre mi plan?

—Si eso es lo que crees, así sea—respondió.

—Aquel que se atreva a oponerse a mis planes será castigado según la ley marcial—dijo Dong Zhuo.

Los ministros, asustados, juraron obedecer.

Con el banquete terminado, Dong Zhuo consultó con su consejero Zhou Bi y el capitán Wu Qiong, qué pensaban de la partida de Yuan Shao.

—Yuan Shao se fue dominado por la ira; si le causamos cualquier mal, nada bueno puede surgir de ello. Más aún teniendo en cuenta que la familia Yuan es conocida por proteger al pueblo por cuatro generaciones, y tienen protegidos y aliados por todo el país. Si reunen a sus seguidores, muchos guerreros se les unirán y la totalidad de las Montañas Shandong estarán perdidas. Será mejor que perdones a Yuan Shao y le ofrezcas el puesto de gobernador. Él estará contento de ser perdonado y dejará de ser peligroso.

—Yuan Shao es dado a los planes, pero le falta capacidad de decisión. No tenemos que preocuparnos por él. Pero sería útil nombrarle gobernador y ganar el favor del pueblo.

 

Dong Zhuo siguió sus consejos y ese mismo día envió un mensajero para ofrecerle el cargo de gobernador de Bohai.

 

El primer día de la novena luna[1], el emperor fue invitado a la Sala de la Virtud donde todos los los cargos militares y civiles habían sido convocados.

 

Allí, Dong Zhuo, espada en mano, se enfrentó a los presentes con estas palabras:

 

—El emperador es débil e ignorante, indigno de la responsabilidad de gobernar el país. ¡Tengo una proclamación que deseo leer en alto!

 

 

 

El emperador Ling abandonó demasiado pronto a sus súbditos. El emperador es el punto de referencia de la tierra. Bajo el actual emperador Bian, el Cielo no nos ha concedido sus bendiciones. Su dignidad y porte son deficientes, y peor aún falló en su deber de velar al difunto emperador. Su madre, la emperatriz He, no lo ha educado adecuadamente, y por ello el estado ha caído en el caos. La emperatriz Dong murió de repente y nadie sabe por qué. ¿Acaso no se han violado las tres relaciones[2] que unen Cielo y Tierra?

Mas Liu Xian, príncipe de Chenliu, es sabio, virtuoso y actúa con decoro. Su comportamiento es más que apropiado: su luto es sincero, y su forma de hablar siempre correcta. Todo el imperio lo elogia. Con él, el país se vería unificado por diez mil generaciones.

El actual emperador es por tanto depuesto y nombrado príncipe de Hongnong, y la emperatriz He ha de retirarse de la administración. Ruego al príncipe de Chenliu que acepte el trono, en conformidad con los deseos del Cielo, la Tierra y el hombre, y así dé esperanza al pueblo.

 

 

Concluida la lectura, Dong Zhuo ordenó a sus subordinados ayudar a descender al emperador del trono. Confiscaron el Sello Hereditario Imperial y lo hicieron arrodillarse cara al Norte, donde juró ser un fiel súbdito y seguir las órdenes que se le dieran[3]. Dong Zhuo incluso ordenó quitar a la emperatriz He de sus ropajes reales, y esperar al mandato imperial. Emperador y emperatriz viuda comenzaron a llorar amargaente, y todos los ministros estaban conmovidos.

Uno de los ministros gritó:

—¡Dong Zhuo, maldito bandido! Como osas perpetrar semejante insulto al Cielo. Prefiero cubrirte con mi sangre que vivir bajo tu tiranía.

Y así se lanzó sobre Dong Zhuo y trató de atacarlo con su tableta de márfil[4].

Dong Zhuo ordenó a los soldados su captura. Se trataba de Ding Guan, Secretario Imperial. Fue retirado de la sala y decapitado. Ding Guan no cesó de maldecir al opresor sin temer a la muerte. Generaciones posteriores escribirían un triste poema a su persona:

董賊潛懷廢立圖漢家宗社委丘墟滿朝臣宰皆囊括,

惟有丁公是丈夫。

Por todos los medios posibles Dong Zhuo el traidor,Planeó cómo arruinar el legado Han y deponer al emperador.Presentes estaban todos los ministros del imperio,

Mas solo el noble Ding Guan respondió con valentía al improperio.[5]

 

Dong Zhuo invitó al Príncipe de Chenliu a ascender al trono, donde recibió las felicitaciones de todos los ministros. Tras el fin de la ceremonia la emperatriz viuda He, junto al príncipe de Hongnong y su esposa, Lady Tang, fueron exiliados al palacio de la paz eterna[6]. No estaba permitida la entrada de ninguna visita que no recibiese autorización, y las puertas permanecían cerradas.

En apenas cinco meses lunares, el joven emperador había concluido su mandato.

El nuevo emperador, Príncipe Xie de Chenliu[7], era el segundo hijo del emperador Ling, y sería conocido en la historia como emperador Xian. Tenía nueve años de edad. El nombre de la era fue cambiado a Inauguración de la paz[8].

Dong Zhuo tomó para sí el cargo de Primer Ministro. Pero no anunciaba su nombre durante las audiencias con el emperador, y entraba y salía  a placer  de la corte a la que entraba armado y calzado[9]. Su tiranía no conocía limites.

Li Ru aconsejó a Dong Zhuo emplear personas de reputación para mejorar su popularidad. Así que Dong Zhuo devolvió sus cargos a  muchos de los que fueran perseguidos por los eunucos. Para aquellos que ya habían muerto, dio rango a sus herederos. Al enterarse de que Cai Yong era un hombre de talento, Dong Zhuo lo convocó. Pero Cai Yong no se presentó. Dong Zhuo envió un emisario con el siguiente mensaje:

 

Si no te presentas, todo tu clan será exterminado.

 

Aterrorizado, Cai Yong se presentó. A Dong Zhuo le cayó en gracia y lo visitaba a menudo, tratándole con cariño y convirtiéndole en uno de sus consejeros.

Pero volvamos al antiguo joven emperador, que junto a su madre y su esposa estaban encerrados en el palacio de la paz eterna. Cada día recibían menos ropa y comida, y el joven emperador lloraba sin descanso. Un día vio dos golondrinas volando que le inspiraron el siguiente poema:

嫩草綠凝煙,裊裊雙飛燕。洛水一條青,陌上人稱羨。遠望碧雲深,是吾舊宮殿。

何人仗忠義,洩我心中怨!

Fría niebla sobre la verde hierba; dos golondrinas en vuelo.Azules aguas del río Luo[10], envidia de los que se alzan entre los campos.Veo en la distancia nubes cerúleas sobre mi antiguo palacio.

¿Cuántos hombres virtuosos son de confianza? A ellos expreso mi odio.

 

 

 

Dong Zhuo enviaba con frecuencia mensajeros para que lo mantuviesen informado; el mismo día se adueñaron del poema y se lo entregaron a Dong Zhuo.

—Así que muestra su resentimiento componiendo poemas—dijo Dong Zhuo—. Ahora tengo una excusa para matarlo.

Dio orden a Li Ru de entrar en el palacio con diez soldados, para realizar el magnicidio. El Emperador se encontraba escaleras arriba con su esposa y la Emperatriz Viuda. Grande fue la sorpresa del emperador cuando la dama de honor anunció el nombre del visitante.

Cuando Li Ru ofreció vino envenenado, el Emperador preguntó qué significaba aquello.

—En la primavera reina la armonía—explicó Li Ru—, por lo que el Primer Ministro os envía este vino para honrar vuestro cumpleaños.

—Ya que este vino es para celebrar su cumpleaños-contestó la emperatriz viuda He—, puedes probarlo primero.

Li Ru contestó con brutalidad:

—¿No va a beber?

Ordenó a sus hombres mostrar dagas y cordeles de seda blanca.

—Si no bebes el vino, estos serán tus regalos.

La consorte Tang se arrodilló implorando.

—Yo beberé el vino en lugar del Emperador; ¡respeta las vidas de una madre y su hijo!

—¿Y quién eres tú para morir en lugar de un monarca? —la reprendió Li Ru.

Y cogiendo el vino le dijo a la emperatriz He:

—Puedes probarlo primero.

La emperatriz maldijo a su hermano, He Jin, por haber llamado a los bandidos a la capital. Li Ru se acercó al emperador.

—Dejáme despedirme de mi madre—imploró.

Emocionado, compuso estos versos a modo de despedida:

 

皇天將崩兮,后土頹﹔身為帝姬兮,恨不隨。生死異路兮,從此別﹔

奈何煢速兮,心中悲!

 

Cielo y Tierra han cambiado; Sol Y Luna se han dado la vuelta;El señor de los diez mil carros en retirada a la frontera.¡Aciago destino! Inmediata la orden, en su forma insistente.

Con todo perdido, mis lágrimas caen en el vacío.

 

 

 

La consorte Tang también recitó un poema que dice así:

 

皇天將崩兮,后土頹﹔身為帝姬兮,恨不隨。生死異路兮,從此別﹔

奈何煢速兮,心中悲!

 

El gran y poderoso Cielo ha colapsado. La vasta tierra está en ruinas.Como concubina del emperador, lamentaría no acompañarlo hasta la otra vida.Vida y muerte, caminos separados son que ahora tomamos.

¿Cómo ha caído esta soledad sobre mí? ¡De tristeza se llena mi corazón!

 

 

 

Concluidos los versos se abrazaron el uno al otro entre lágrimas.

Li Ru gruñó:

—El Primer Ministro espera impaciente nuestro informe, y nos estáis retrasando. ¿Acaso creéis que alguien os salvará?

—El Cielo nos ha abandonado y ese bandido de Dong Zhuo acorrala a una madre y a su hijo—maldijo la emperatriz viuda—. ¡Pero tú, que ejecutas este crimen, serás castigado junto a toda tu progenie!

Li Ru, furioso, agarró a la emperatriz con ambas manos y la arrojó por la ventana. Entonces ordenó a los soldados que estrangularan a la consorte Tang, y forzó al joven emperador a tragar el vino envenenado. Concluida su misión relató los hechos a su amo, que ordenó enterrar los cuerpos fuera de la ciudad.

Desde entonces, Dong Zhuo entraba en palacio cada tarde y violaba a las concubinas imperiales; para pasar después la noche en la cama del dragón[11].

Una vez, en el segundo mes lunar, dirigió su ejército a los alrededores de Yancheng, donde los aldeanos celebraban el festival de la primavera. Dong Zhuo ordenó a sus hombres rodearles y atacar. Se llevaron el botín y a las mujeres y los metieron en sus carros junto a más de mil cabezas decapitadas. Regresaron a la capital en una larga procesión, divulgando la historia de que habían obtenido una gran victoria sobre los rebeldes. Quemaron las cabezas a las puertas de la ciudad, y mujeres y botín fueron repartidos entre los soldados.

Wu Fu, Capitán de la caballería ligera, no podía soportar la crueldad de Dong Zhuo y esperaba una oportunidad para matarlo. Así que constantemente llevaba una armadura ligera bajo su vestimenta ceremonial, junto con una daga oculta. Un día, mientras Dong Zhuo se dirigía a la corte, Wu Fu se lo encontró en los escalones; esgrimió su daga y lo atacó. Pero Dong Zhuo era un hombre fuerte y con ambas manos agarró el brazo del atacante hasta que Lu Bu acudió en su ayuda.

—¿Quién te ha llevado a traicionarme? —preguntó Dong Zhuo.

Wu Fu lo miró con odio y gritó:

—Tú no eres mi soberano, ni yo tu ministro, ¿dónde está la traición? ¡Tantos son tus crímenes que cubren los cielos, y no existe una persona que no te mataría si tuviera la oportunidad! ¡Mi pena es que no pude atarte a dos carros para que te desmembraran y así apaciguar al mundo!

Dong Zhuo ordenó que lo llevaran fuera para ahogarlo y desmembrarlo. Wu Fu continuó maldiciendo hasta el mismo momento de su muerte. Generaciones posteriores compondrían un poema en su honor.

 

漢末忠臣說伍孚,沖天豪氣世間無。朝堂殺賊名猶在,

萬古堪稱大丈夫!

 

 

En el ocaso de los Han, los ministros leales hablaban de Wu Fu.Su heroismo no conocía límites;Y en la misma corte trataría de acabar con el bandido.

Por siempre se sabrá que él era un hombre de verdad.

 

 

Desde entonces, Dong Zhuo siempre fue acompañado de una escolta.

En Bohai, Yuan Shao se enteró del mal uso que Dong Zhuo hacia del poder y envió un mensaje secreto a Wang Yun, ministro del interior:

 

El malvado Dong Zhuo ha desafíado al Cielo y depuesto al soberano. Que la gente común no se atreva a decir nada es comprensible; pero tú has actuado frente a sus agresiones como si no supieses nada de las mismas. ¿Cómo puedes declararte leal servidor del imperio? Estoy reuniendo un ejército y es mi deseo limpiar la corte, pero no quiero actuar apresuradamente. Si estás a mi favor, no perderás la oportunidad de conspirar contra él. Cualquier tarea que quieras asignarme, estoy a tus ordenes.

 

El mensaje llegó, pero Wang Yun no encontró ninguna oportunidad de actuar contra Dong Zhuo. Un día, viendo que todos los ministros con muchos años de servicio estaban juntos, le dijo a sus colegas

—Hoy es mi cumpleaños, os ruego que vengáis a mi residencia esta tarde para una pequeña fiesta.

—Iremos—contestaron—. Y te desearemos una larga vida.

Aquella noche Wang Yun preparó un banquete, y los principales ministros acudieron. De repente, tras unas cuentas rondas de vino, el anfitrión se cubrió el rostro con ambas manos y comenzó a llorar.

Los invitados estaban atónitos.

—Ministro del interior, si es tu cumpleaños, ¿a qué viene tanta tristeza?

 

—No es mi cumpleaños—respondió Wang Yun—. No es más que un pretexto. Pretendía reuniros a todos y temía las sospechas de Dong Zhuo. Ese hombre insulta al Emperador y abusa de su poder; el país entero está en peligro. Me hace en pensar en los días en los que el Emperador Gao derrotó a Qin y aniquiló a Chu obteniendo todo lo que está bajo el cielo. ¿Quién imaginaría sus logros subyugados por Dong Zhuo? Por eso lloro.

Todos los ministros comenzaron a llorar.

Pero uno de los que estaban sentados entre los invitados reía y aplaudía.

—Si todos los ministros lloran hasta el amanecer, y del amanecer hasta la noche, ¿mataría esto a Dong Zhuo?

Wang Yun lo miró, era el Capitán de caballería Cao Cao.

—Tus ancestros han disfrutado la magnificencia de la dinastía Han—contestó Wang Yun furioso—. ¿Y ahora te ríes en lugar de servir a tu país?

—Me río ante la absurdidad de que una asamblea como esta no sea capaz de matar a un solo hombre. Aunque no posea talento alguno, cortaré su cabeza y la colgaré en las puertas de la capital como ofrenda al pueblo.

Con respeto, Wang Yun abandonó su asiento y se acercó a Cao Cao.

—Durante este tiempo—continuó Cao Cao—, me he sometido a Dong Zhuo con la única intención de buscar una oportunidad de acabar con él. Ahora empiezo a ser de su confianza, y en ocasiones puedo acercarme a él. He oído que posees una daga llamada la daga de las siete estrellas; si me la prestas, iré a su palacio y lo mataré aunque ello signifique mi muerte.

—¡Si así es en verdad el mundo es afortunado!—dijo Wang Yun.

Entonces, él en persona sirvió una copa de vino a Cao Cao que hizo solemne juramento mientras dejaba caer lentamente el vino en el suelo[12], tras lo cual le entregó la daga. Cao Cao la ocultó bajo la ropa, terminó el vino, saludó a los presentes y abandonó la sala. Al poco tiempo los demás siguieron su ejemplo y se fueron.

Al día siguiente, con la daga, Cao Cao fue al palacio del Primer Ministro, y preguntó por su paradero.

—Está en su pequeño gabinete—le respondieron los sirvientes.

Cao Cao fue entonces a verlo y lo encontró sentado en su cama con Lu Bu a su lado.

—¿Cómo has llegado tan tarde? —dijo Dong Zhuo.

—Mi caballo es débil-contestó Cao Cao—. Por eso llego tarde.

—Tengo algunos caballos excelentes que me han traído de Xiliang[13], Lu Bu, ¿Por qué no le proporcionas una buena montura?

Lu Bu se fue.

—Ahora es el momento de acabar con el traidor—pensó Cao Cao.

Se preparó para atacarle, pero Cao Cao sabía que Dong Zhuo poseía una fortaleza extraordinaria por lo que no quería actuar precipitadamente.

Ahora bien, tal era la corpulencia de Dong Zhuo que no podía permanecer sentado por mucho tiempo así que se tumbó con la cara vuelta.

—¡Ahora sí es el momento! —pensó Cao Cao de nuevo.

Rápidamente esgrimió su daga, pero cuando iba a atacar, Dong Zhuo vio en un espejo el reflejo de Cao Cao tras él, daga en mano.

—Cao Cao, ¿qué estás haciendo? —preguntó Dong Zhuo dándose la vuelta rápidamente.

En ese momento, apareció Lu Bu con un caballo.

Rápidamente Cao Cao se arrodilló.

—Tengo una daga que desearía entregaros—dijo.

Dong Zhuo la cogió. Apenas medía un chi[14] y estaba decorada con los siete tesoros[15], un arma sin igual a decir verdad. Dong Zhuo le entregó a Lu Bu la daga, y Cao Cao le ofreció la vaina.

Salieron a ver el caballo. Cao Cao se deshizo en agradecimientos y pidió probar la montura. A orden de Dong Zhuo trajeron una silla y bridas. Cao Cao montó en el animal, lo fustigó con vigor y galopó hacia el Este.

—Según entraba, me pareció más bien que Cao Cao estaba a punto de atacarte—dijo Lu Bu a Dong Zhuo—. Debo haberle interrumpido, y por eso os ha entregado la daga.

—Yo también lo sospecho—contestó Dong Zhuo.

Mientras hablaban, apareció Li Ru. Tras ponerle al corriente dijo:

—Cao Cao no tiene a su familia en la capital, sino que vive solo. Mandad a alguien en su busca, si viene inmediatamente la espada era un regalo. Pero si presenta cualquier excusa, sus intenciones no eran honestas y lo mejor sería arrestarlo.

Enviaron cuatro guardias para convocar a Cao Cao. Volvieron mucho tiempo después diciendo:

—Cao Cao no ha vuelto a su casa sino que salió de la ciudad a caballo por la puerta oriental. Cuando el guardián de la puerta le preguntó a dónde iba, respondió que partía en una misión especial del Primer Ministro y después se fue a toda prisa.

—Su traicionero corazón lo ha llevado a huir. ¡No hay duda de que pretendía asesinarte!—señaló Li Ru.

—¡Después de todo lo que he hecho por él, todavía trata de asesinarme!—dijo Dong Zhuo rabioso.

—Debe ser un complot—continuó Li Ru—. Cuando lo capturemos, sabremos más sobre el asunto.

Retratos de Cao Cao fueron enviados a todas partes con órdenes de captura. Mil piezas de oro y el título de marqués de un millar de casas[16] eran la recompensa a aquel que consiguiera atraparlo, mientras que aquellos que lo ocultasen, serían castigados.

Pero volvamos con Cao Cao, que huía de la ciudad a galope camino de Qiao, su condado natal. Mientras cruzaba Zhongmou fue detenido por soldados de la guarnición y conducido ante el gobernador del condado donde aseguró que era un comerciante de nombre Huangfu.

El gobernador miró de cerca de Cao Cao en silencio.

—Cuando estaba en Luoyang tratando de conseguir un puesto, eras conocido como Cao Cao. ¿Por qué ocultas tu verdadera identidad? Cogedlo y encerradlo en una celda. Mañana lo enviaremos a la capital y pediremos la recompensa.

Todos los soldados de la guarnición recibieron raciones extra de comida y vino.

A la medianoche, el gobernador envió a su ayudante personal para que discretamente trajera a Cao Cao a sus habitaciones para interrogarlo.

—Dicen que el Primer Ministro te ha tratado bien, ¿por qué has tratado de matarlo?

—¿Cómo puede un pequeño pájaro cantor entender las ambiciones de un cisne[17]?—contestó Cao Cao—. Me has capturado, y ahora puedes fácilmente enviarme a la capital y conseguir tu recompensa, ¿a qué vienen tantas preguntas?

El gobernador ordenó retirarse a sus ayudantes.

—No me desprecies. No soy un magistrado farsante, simplemente no he encontrado a quién servir todavía.

—Mis ancestros disfrutaron de la munificencia de los Han durante generaciones—explicó Cao Cao—. Si no encuentro una manera de servirles, ¿qué me diferenciaría de una bestia? Me arrodillé ante Dong Zhuo con la intención de conseguir una oportunidad de acabar con él y terminar con los males de este mundo. Que haya fallado, es la voluntad del Cielo.

—¿Y a dónde te dirigías?

—Volvía a mi hogar. Pretendía crear un falso edicto imperial para llamar a las armas a todos los nobles del país y así tratar de acabar con el tirano.

Tras oír esta explicación, el gobernador en persona cortó las cuerdas, y lo ayudó a sentarse en una silla. Entonces se postró ante él, diciendo:

—¡Eres un servidor leal de tu país!

Cao Cao se inclinó a su vez preguntando el nombre del gobernador.

—Me llamo Chen Gong[18], mi querida y anciana madre y mi esposa están en el condado de Dongjun. Estoy emocionado por tu entereza y lealtad y deseo abandonar mi cargo y seguirte a dónde vayas.

Cao Cao era feliz por el cambio en los acontecimientos. Aquella misma noche, Chen Gong reunió algo de dinero para el viaje y dio a Cao Cao una nueva vestimenta. Entonces cada uno cogió una espada y partieron a caballo en dirección a Qiao.

Tras tres días de viaje llegaron a los alrededores de Chenggao al anochecer. Cao Cao señaló con su fusta al bosque y dijo:

—Allí vive Lu Boshe, hermano de sangre de mi padre. ¿Qué te parece si pasamos allí la noche y tratamos de conseguir nuevas sobre mi familia?

—¡Perfecto!—contestó Chen Gong y ambos cabalgaron hasta una villa.

—He oído que la corte ha ofrecido una recompensa por ti, y que te están buscando por todas partes—dijo Lu Boshe—. Tu padre ya ha huido a Chenliu. ¿Cómo has conseguido llegar hasta aquí?

Cao Cao le contó la historia:

—De no ser por este hombre, sería picadillo ahora mismo.

Lu Boshe se inclinó ante Chen Gong con estas palabras:

—Eres la salvación de la familia Cao. ¿Por qué no os sentáis y descansáis? Esta noche os acomodaréis en mi humilde cabaña.

Lu Boshe se levantó y entró. Después de un rato, volvió y dijo a Chen Gong:

—No tengo ningún vino decente en la casa. Si me lo permites, voy a la aldea  a comprar una jarra.

Y se fue rápidamente montado en su asno.

Después de un tiempo sentados, oyeron de pronto el sonido del afilar de cuhillos en la parte de atrás.

—No es mi verdadero tío—dijo Cao Cao—. Y empiezo a sospechar del significado de todo esto. Vamos a escuchar a escondidas.

Así que en silencio se dirigieron a la parte de atrás de la casa, donde oyeron voces que decían:

—Primero los atamos y luego los matamos, ¿de acuerdo?

—Como pensaba—dijo Cao Cao—. ¡Si no los atacamos ahora nos matarán!

Ambos desenvainaron y entraron en la casa, matando a todos sus moradores, hombres y mujeres, ocho personas en total.

Pero cuando investigaron en la casa encontraron dos cerdos atados listos para la matanza.

—Has sido demasiado suspicaz, ¡y hemos matado a gente honesta!—dijo Chen Gong.

Rápidamente montaron en sus caballos y huyeron.

Apenas habían avanzado dos li, cuando se encontraron a Lu Boshe volviendo a casa en su asno con verduras, fruta y vino.

—¿Por qué os vais? —preguntó Lu Boshe.

—Aquellos que son buscados por la ley no deberían permanecer mucho tiempo en el mismo sitio.

—Pero les he ordenado que maten dos cerdos en vuestro honor; ¿Qué tiene de malo que estéis por una noche? Os ruego que volváis conmigo.

Cao Cao no le presto atención, espoleó a su caballo y continuó su camino. Tras solo unos pocos pasos, desenvainó de repente y se dio la vuelta.

—¿Quién es ése que se acerca?

Cuando Lu Boshe se giró, Cao Cao alzó su espada y cortó a Lu Boshe haciéndolo caer de su asno.

Chen Gong estaba estúpefacto.

—Ya hicimos bastante daño antes, ¿a qué viene esto?

—Si hubiése vuelto a casa y visto a su familia muerta—dijo Cao Cao—, ¿qué crees que habría hecho? De haber buscado ayuda para encontrarnos, sin duda significaría problemas.

—Pero esto es un asesinato premeditado. ¡Es completamente inmoral!

—Prefiero traicionar al mundo, que permitir que el mundo me traicione—sentenció Cao Cao.

Chen Gong no supo qué decir.

Esa misma noche, tras viajar unos pocos li, llamaron a una posada hasta que les permitieron entrar. Tras alimentar a los caballos, Cao Cao fue el primero en irse a dormir.

Mas Chen Gong meditaba tumbado:

“Abandoné mi cargo porque pensé que era una buena persona, ¡pero este hombre es cruel y sin corazón! Si no lo detengo ahora mismo, seguro que traerá calamidades.”

Y Chen Gong se levantó espada en mano para matar a Cao Cao.

Al contrario que el hombre recto, su corazón está repleto de veneno. Al final resultó que Cao y Zhuo eran de la misma calaña.

¿Cuál fue el destino de Cao Cao? Continúa leyendo y encontrarás la respuesta.



[1] Septiembre del año 189.

[2] Estas tres relaciones provenientes del confucianismo son: soberano y súbdito, padre e hijo y marido y esposa.

[3] Tradicionalmente el emperador se sentaba en el lado norte de la sala, mientras que los súbditos se encontraban en el Sur.

[4] Los altos cargos disponían de tabletas de márfil como apoyo para tomar notas.

 

[6] En la actual provincia de Sichuan a cientos de kilómetros de la capital.

[7] Nombre de cortesía Bohe (伯和), literalmente con talento para mantener la paz.

[8] Año 190.

[9] Era costumbre quitarse los zapatos antes de las audiencias con el emperador.

[10]  El río Luo, afluente del río amarillo,  pasa por la capital Luoyang, donde estaba la residencia del emperador.

[11] La cama del emperador.

[12] En señal de que no había marcha atrás

[13] En la actual provincia de Gansu, vecina a Mongolia. Fue un importante enclave comercial durante siglos.

[14] 23 cm.

[15] En referencia a las siete gemas budistas

[16]萬戶侯: wanhuhou, título de la dinastía Han

[17]Este dicho chino, de significado evidente, proviene de las Memorias Históricas de Sima Qian        (145 a.C.-90 a.C.)

[18]陳宮, nombre de cortesía Gongtai 公臺; literalmente plataforma de justicia.

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